De seguro que todos conocemos a una persona que cada vez que tiene hambre, su humor se vuelve más oscuro y malo que el alma de Hitler. Así mismo, quizá nosotros nos hemos visto envueltos en este sentimiento, aunque quizá a proporciones un poco más bajas. El hecho de estar hambrientos puede generar ciertas reacciones involuntarias en nuestro comportamiento, y como lo hemos podido observar, una de las más comunes son los cambios de humor. Así pues, si quieres saber por qué nos colocamos de mal humor cuando tenemos hambre, no te despegues de este post.
Resolvamos este popular paradigma
Un grupo de expertos en el área de la psicología, decidieron hacer una serie de estudios para llegar al fondo de todo esto. En dicho estudio se pudieron percatar de que el hambre no es el único responsable. Cuando las personas habían tenido días pesados, o simplemente estaban expuestos a ambientes más pesados, al mezclarse con el hambre daría como resultado un humor extremadamente negativo. Por el contrario, las personas que habían tenido excelentes días y se habían rodeado de ambientes relajantes y confortantes, el hambre no les afectaría tanto su humor.
Así mismo, se llevaron a cabo una diversificada cantidad de experimentos que buscaban incomodar o estresar a los sujetos objeto de estudio.
Luego de esta intensa serie de estudios se pudo llegar a la conclusión de que el mal humor cuando tenemos hambre no viene precisamente de ese sentimiento, sino de la mezcla entre tener un día pesado y estar expuestos a situaciones estresantes, con el rugir de nuestro estómago.
Con esto se pudo observar también que, las personas capaces de controlar de mejor forma sus emociones, lograron canalizar de una mejor forma el hecho de estar hambrientos; por lo que, a pesar de tener un pesado día detrás, el hecho de tener hambre no sería motivo para un cambio severo de humor.