Navegantes del océano aéreo

Navegantes del océano aéreo

La navegación aérea nació en el momento en que un hombre subió por primera vez en un globo libre. Lo cual ocurrió en Paris el 21 de noviembre de 1783 dando comienzo a una serie de navegantes del océano aéreo. Ya cinco meses antes los hermanos Montgolfier construyeron globos inflables no tripulados con aire caliente. En uno de estos globos el francés Pilatre de Rozier y su acompañante el marqués D’Arlandes volaron sobre París durante 25 minutos.  

El inventor que parecía destinado a exhibiciones en ferias y pronto recibió grandes mejoras permitiendo que un globo permaneciera en el aire 3 horas y 45 minutos recorriendo 65 kilómetros. El piloto fue el físico francés Jacques Alexander Charles.

Otro acontecimiento notable fue el cruce del canal de la Mancha en globo el 7 de enero de 1785 por el parisiense Francais Blanchard y un norteamericano apedillado Jeffries. Fue esta la primera travesía marítima por vía aérea.

Otros viajes al océano aéreo de gran valor histórico

Lo conseguido con los globos solo era andar por el aire a la deriva. Luego vinieron los dirigibles, destacándose en su construcción Francia, Alemania y Austria. Se distinguieron además por sus demostraciones el brasilero Alberto Santos Dumon y el conde Ferdinando von Zeppelin. Tiempo después, Santos Dumon abandonó sus experiencias con globos para dedicarse a la aviación. En la que se destacó al punto de ser el primero en volar un aeroplano sobre Europa en Julio de 1906.

Muchos fueron los desastres sufridos por los dirigibles y zepelines que hacían presagiar el triunfo de la aviación. El 17 de diciembre de 1903 los hermanos Wilburn y Orville Wright demostraron prácticamente que era posible volar con aparatos más pesados que el aire. Del 20 al 21 de mayo de 1927 Charles Lindbergh cruzó el Atlántico Norte en vuelo sin escala de 33 horas y 33 minutos. Exactamente desde Long Island hasta París.

El avión utilizado por Lindbergh de nombre “Spirit of Saint Louis” estaba provisto de un motor de 220 caballos de fuerza. De aquí en adelante se inicia la era de los grandes vuelos.  

 

 

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